tipos de depresión

¿Conoces los tipo de depresión que existen?

¿Qué tipos de depresión existen?

La depresión clínica es un trastorno del estado de ánimo que conlleva una serie de sentimientos de abatimiento que bien por su frecuencia, duración o intensidad pueden afectar nuestra capacidad de adaptación a los cambios del día a día. Los periodos de tristeza patológica, falta de interés, desesperanza, decaimiento e impotencia frente a exigencias varias del día a día son muy intensos y pueden durar desde semanas a meses o años. Para establecer un diagnóstico de un trastorno depresivo se suele partir de datos observacionales poco específicos, como el deterioro en la apariencia y en el aspecto personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, cara triste, llanto fácil o espontáneo, disminución de la atención, verbalización de ideas pesimistas (culpa, hipocondría, ruina…) o alteraciones del sueño además de las quejas por dolores en la mayoría de los miembros de su cuerpo . La base para distinguir estos cambios patológicos de los ordinarios, viene dada por la persistencia de la clínica, su gravedad, y el grado de deterioro funcional y social.

Actualmente y según la última edición de la guía de consulta de los criterios diagnósticos (DSM-V) los trastornos depresivos se clasifican en:

  • Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo.
  • Trastorno de depresión mayor.
  • Trastorno depresivo persistente.
  • Trastorno disfórico premenstrual.
  • Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento.
  • Trastorno depresivo debido a otra afección médica.
  • Otro trastorno depresivo especificado.
  • Otro trastorno depresivo no especificado.

Los factores de riesgo para padecer depresión dependen de características personales, cognitivas, familiares, sociales y genéticas de cada persona y aún a día de hoy es difícil saber con certeza la totalidad, el peso y el conjunto de interacciones que se producen entre estas y que dan lugar a la presencia de la enfermedad.

Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo

Para saber si estamos padeciendo un trastorno de este tipo hay que reconocer si nos encontramos experimentando casi a diario continuas rabietas y malestar por cualquier motivo que además puede llevar a que nuestro comportamiento se traduzca en agresión física hacia personas o cosas. Estas acciones han de estar presentes al menos durante los últimos 12 meses y el diagnóstico inicial no haberse producido antes de los 6 años o después de los 18 años. Los signos de intensa cólera han de aparecer antes de los 10 años y la frecuencia es de al menos tres veces por semana.

Trastorno de depresión mayor

En el trastorno de depresión mayor ocurre un cambio drástico en el funcionamiento en las actividades de la vida diaria en comparación con un periodo anterior ya que experimentamos un bajo estado de ánimo y/o pérdida de interés considerable por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día. Puede darse una pérdida o ganancia de peso sin esperarlo del 5% del peso corporal en un mes. Prácticamente todos los días se experimenta un exceso o falta de sueño además de fatiga o poca energía. Dificultades destacables para concentrarse en una tarea y para la toma de decisiones con frecuentes pensamientos sobre la muerte ideas y/o intentos de suicidio o elaboraciones para quitarse la vida. Estos signos que se experimentan causan dificultades importantes en las áreas social, laboral y personal y no son consecuencia de los efectos de drogas u otra enfermedad.

Trastorno depresivo persistente

Este trastorno tiene como características un muy bajo estado de ánimo presente durante más días de los que está ausente durante al menos dos años en adultos y un año en niños y adolescentes. Durante esta situación han aparecido al menos dos o más síntomas como: poco apetito o sobrealimentación, falta o exceso de sueño, baja energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración o dificultad para la toma de decisiones, sentimientos de desesperanza y además no han desaparecido estos síntomas por un periodo mayor de dos meses. Las alteraciones anteriores no se explican mejor por un trastorno esquizoafectivo, psicótico, delirante, esquizofrenia u otro trastorno del espectro ni a los efectos de sustancias o afección médica causando malestar significativo y deterioro en las áreas personal, social y laboral.

tipos de depresión

Trastorno disfórico premenstrual

Para presentar este trastorno se tiene que dar en la mayoría de los ciclos menstruales, al menos cinco síntomas en la última semana antes del inicio de la menstruación, empezar a mejorar unos días después del inicio de la menstruación y hacerse mínimos o desaparecer en la semana después de la menstruación.

Los síntomas son:

  1. Labilidad afectiva intensa (p. ej., cambios de humor; de repente estás triste o llorosa, o aumento de la sensibilidad al rechazo).
  2. Irritabilidad intensa, o enfado o aumento de los conflictos interpersonales.
  3. Estado del ánimo intensamente deprimido, sentimiento de desesperanza o ideas de autodesprecio.
  4. Ansiedad, tensión, y/o sensación intensa de estar excitada o con los nervios de punta.

Uno (o más) de los síntomas siguientes también han de estar presentes, hasta llegar a un total de cinco síntomas cuando se combinan con los síntomas anteriores.

  1. Disminución del interés por las actividades habituales (p. ej., trabajo, escuela, amigos, aficiones).
  2. Dificultad subjetiva de concentración.
  3. Letargo, fatigabilidad fácil o intensa falta de energía.
  4. Cambio importante del apetito, sobrealimentación o anhelo de alimentos específicos.
  5. Hipersomnia o insomnio.
  6. Sensación de estar agobiada o sin control.
  7. Síntomas físicos como dolor o tumefacción mamaria, dolor articular o muscular, sensación de “hinchazón” o aumento de peso.

Los síntomas se asocian a malestar clínicamente significativo o interferencia en el trabajo, la escuela, las actividades sociales habituales o la relación con otras personas (p. ej., evitación de actividades sociales; disminución de la productividad y la eficiencia en el trabajo, la escuela o en casa). La alteración no es simplemente un aumento de los síntomas de otro trastorno, como el trastorno de depresión mayor, el trastorno de pánico, el trastorno depresivo persistente (distimia) o un trastorno de la personalidad (aunque puede coexistir con cualquiera de estos). Los síntomas no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento, otro tratamiento) o a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo).

Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento

Para saber si estamos padeciendo un trastorno depresivo a causa de los efectos de una sustancia debemos estar con una alteración importante y persistente del estado de ánimo y disminución notable del interés o placer por todas o casi todas las actividades. Existen pruebas a partir de la historia clínica, la exploración física o los análisis de laboratorio que las alteraciones se han desarrollado durante o poco después de la intoxicación o abstinencia de una sustancia o después de la exposición de un medicamento y que la sustancia/medicamento implicado puede producir los síntomas.

El trastorno no se explica mejor por un trastorno depresivo no inducido por una sustancia/medicamento. El trastorno no se produce exclusivamente durante el curso de un síndrome confusional. El trastorno causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Trastorno depresivo debido a otra afección médica

En el trastorno depresivo debido a otra afección médica existe un periodo de tiempo importante y persistente de estado de ánimo deprimido o una disminución notable del interés o placer por todas o casi todas las actividades que le resultaban placenteras anteriormente. Además el padecimiento de este trastorno es la consecuencia fisiopatológica de otra afección médica y no se explica mejor por otro trastorno mental como el trastorno de adaptación que el sufrir de estrés es una afección médica grave. El trastorno no se produce exclusivamente durante el curso de un síndrome confusional. El trastorno causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., trastorno de adaptación, con estado de ánimo deprimido, en el que el factor de estrés es una afección médica grave).

Otro trastorno específico especificado

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno depresivo que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos depresivos. La categoría de otro trastorno depresivo especificado se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no cumple los criterios de un trastorno depresivo específico. Esto se hace registrando “otro trastorno depresivo especificado” y a continuación el motivo específico (p. ej., “episodio depresivo de corta duración”.

Otro trastorno depresivo no especificado

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno depresivo que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento pero que no cumplen to- dos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos depresivos. La categoría del trastorno depresivo no especificado se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por no especificar el motivo de incumplimiento de los criterios de un trastorno depresivo específico, e incluye presentaciones en las no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico (p. ej., en servicios de urgencias). Fuente: Asociación Americana de Psiquiatría, Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.